El desierto siempre atrajo a los hombres. Sus dimensiones imponentes, su aislamiento, su silencio en hecho un lugar misterioso. Nos recuerda la modestia de nuestra condición humana y, paradójicamente, representa el fantasma de vivir una aventura efectiva, inédita y transcendental. El desierto va más allá de la primera emoción que se siente cuando, delante de sí, se levanta la nada. Más que roído un horizonte por el calor, las piedras que no lo acaban más y arena que nos da la envidia de zambullirse allí, origina, en nosotros, sentimientos nuevos y nosotros llenos de una embriaguez cierta. Nos hace darnos cuenta de mismo y nos interroga sobre el sentido de nuestra existencia.

El desierto aisla. Poco a poco, rodea los lugares de vida y los reduce tanto como puede. También despista e intenta cortar, además del mundo, a los que le resisten y se obstinan en cultivar flores allí dónde querría sembrar que vacía y aislamiento. La hospitalidad es pues chica natural del desierto y representa la solidaridad de los hombres frente a esta inmensidad silenciosa. El visitador es el que anuncia noticias del exterior y el que cuenta la vida más allá del desierto. Hasta es su principal misión y el “teléfono de boca en boca” famoso es sólo la denominación divertida de esta función que las sociedades del desierto crearon para adaptarse.

Más todavía, más allá de esta función, se desarrolló una cultura de la acogida alrededor de la cual se tejen las relaciones humanas.Cualquiera que sea su fortuna o su fila social, los habitantes del desierto desarrollaron el arte de recibir. Aunque una red de carreteras redujo considerablemente la fuerza de aislamiento del desierto y qué los medios de comunicación e Internet permiten recibir las noticias sin tener comunicar con la otra, las puertas del desierto quedan siempre abiertas y el visitador siempre es consagrado. El té famoso a la menta acompañado por almendras es ofrecido a cada en cuentro y en toda circunstancia.

Todas nuestras propuestas de circuitos son flexibles y elementos pueden ser añadidos a eso y\o retirados con arreglo a la duración de la estancia y de sus envidias.